El altar de muertos es una de las expresiones más profundas del Día de Muertos. Cada año, las familias mexicanas lo preparan con esmero para honrar a quienes ya no están, colocando flores, velas y alimentos que evocan su memoria. Esta tradición, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es un reflejo del amor, la fe y la conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
El Significado Espiritual Del Altar De Muertos
De acuerdo con los profesores Mauricio González y Rubén del Toro, profesor de Ciencias Sociales y Humanidades del Tec de Monterrey, el altar de muertos no es solo un elemento decorativo, sino una representación simbólica de la vida, la muerte y el tránsito del alma.
Rubén del Toro explica que colocar una ofrenda en casa es una forma de mantener vivos los recuerdos y rendir tributo desde la esperanza. “Cuando inicias a hacer un altar, se vuelve una terapia. Empiezas a recordar lo que más les gustaba a tus seres queridos y encuentras una forma distinta de despedirte”, comenta el profesor.
El altar de muertos es, además, un ejercicio artístico que combina historia, religión y tradición. Tras la Conquista, las ofrendas adoptaron influencias del catolicismo, incorporando imágenes religiosas y cruces a los rituales prehispánicos. Así nació la versión mestiza que hoy se coloca en miles de hogares y espacios públicos de México.

Tipos De Altares Y Sus Niveles
Existen diferentes formas de construir un altar de muertos de acuerdo a los niveles de pisos que se pongan, cada una con un significado particular. González y del Toro explican que los altares pueden ser de dos, tres o siete pisos, y cada nivel representa una etapa del viaje espiritual del alma.
El altar de dos niveles simboliza la división entre el mundo terrenal y el celestial. En la parte inferior se colocan la foto del difunto y los alimentos que disfrutaba, mientras que en la superior se ubican imágenes religiosas y veladoras para guiar su camino.
El altar de tres niveles es el más común en los hogares mexicanos. El primer piso representa el mundo de los vivos, con objetos personales, ropa y comida del difunto. El segundo simboliza el purgatorio, donde se colocan sal e incienso para purificar el alma. El tercer nivel corresponde al cielo y suele decorarse con flores, santos y cruces.
Por último, el altar de siete niveles es el más elaborado y espiritual. Según Del Toro, “cada nivel representa los siete cielos o etapas que el alma debe cruzar antes de llegar al paraíso”. En el primero se coloca una figura religiosa; el segundo, rosarios y veladoras; en el tercero, la sal; en el cuarto, el pan de muerto; el quinto, la comida favorita del difunto; el sexto, su fotografía; y en el séptimo, una cruz hecha con semillas o flores.

Elementos Del Altar De Muertos Y Su Importancia
Cada objeto del altar tiene un propósito dentro de esta tradición. González y Del Toro coinciden en que no se trata solo de decoración, sino de una forma simbólica de acompañar al alma en su regreso.
El agua representa la pureza y calma la sed del espíritu tras su largo recorrido. La sal purifica y protege el alma del difunto en su tránsito al más allá. La flor de cempasúchil o “flor de los muertos” ilumina el camino con su color y aroma. Las veladoras guían la ruta que deben seguir las almas para encontrar su ofrenda.
El papel picado simboliza el aire y el movimiento de la vida. El pan de muerto representa el ciclo vital y la generosidad del alimento. La fotografía del difunto honra su memoria, mientras que la comida, bebidas favoritas y objetos personales son una manera de mantener el vínculo afectivo entre los vivos y los muertos.
Para Rubén del Toro, el arte tiene un papel esencial en esta práctica: “El arte es una de las más bellas formas de honrar a nuestros difuntos, por eso el Día de Muertos es también una de las más bellas artes”, afirma.
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Qué Almas Llegan Hoy, 30 De Octubre, A La Ofrenda
El 30 de octubre tiene un significado especial dentro del Día de Muertos. Según la tradición, este día está dedicado a los niños que murieron sin ser bautizados, conocidos como “angelitos”. Se cree que sus almas regresan del Mictlán para visitar las ofrendas preparadas por sus familias.
En los hogares, se colocan altares pequeños con flores blancas, veladoras y juguetes que simbolizan la pureza e inocencia. También se ofrece comida sin picante, como parte del respeto hacia los pequeños difuntos.
Aunque el Día de Muertos se celebra oficialmente el 2 de noviembre y el 1 se dedica a los “muertos chiquitos”, el 30 de octubre recuerda a quienes partieron antes de recibir el bautismo, manteniendo viva una de las tradiciones más tiernas y espirituales de México.
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