El panorama en torno a arancel al aluminio del 50 por ciento bajo la cláusula 232 se vislumbra complicado para México. Así lo reconoció Eugenio Clariond Rangel, presidente del Instituto Mexicano del Aluminio (Imedal), quien anticipó que el proceso de negociación con Estados Unidos será largo y lleno de obstáculos.
Durante la inauguración del Congreso Alumexico 2025 en Cintermex, en Monterrey, Clariond explicó que la prioridad es abrir un diálogo trilateral. El objetivo sería incluir también a Canadá para establecer compromisos y metas que beneficien a toda la industria de Norteamérica.
Aunque reconoció que la expectativa de lograr una exención total es baja, se mostró optimista en alcanzar una reducción sustancial. La meta sería pasar del 50 por ciento actual a un nivel entre 10 y 15 por ciento, lo que daría un respiro importante a productores y exportadores mexicanos.
Impacto Directo En La Industria Mexicana
El presidente de Imedal señaló que la imposición del arancel ha afectado de manera distinta a los diversos segmentos del sector. Los fabricantes de láminas y perfiles han resentido más el impacto, mientras que otros productos muestran una capacidad de adaptación mayor.
Explicó que la medida estadounidense no solo encarece las importaciones, sino que limita la competitividad de las empresas mexicanas en un mercado integrado como el de América del Norte. Por eso, insistió en la necesidad de crear un comité trilateral que ofrezca una ruta clara para la reducción de los costos.
En sus palabras, lo ideal sería repetir el escenario que se dio en el primer mandato de Donald Trump, cuando México fue exento de este tipo de gravámenes. Sin embargo, aceptó que el contexto político actual no es favorable.
Además, mencionó que la situación no solo se refleja en las empresas, sino también en los consumidores. El encarecimiento del aluminio repercute en sectores como la construcción, la automotriz y la producción de envases.
Pronósticos Si Sigue El Arancel Al Aluminio
Jesús Villegas, analista de la consultoría Harbor Aluminum, advirtió que los próximos años podrían traer aún más presión sobre el mercado. De acuerdo con sus cálculos, el precio internacional del aluminio se elevará entre 200 y 300 dólares adicionales hacia 2026.
Esto significaría un rango de entre dos mil 300 y dos mil 800 dólares por tonelada, lo que marcaría un nuevo máximo en comparación con los niveles actuales.
El especialista señaló que la permanencia del arancel es prácticamente segura. A su juicio, no existen indicios de que el gobierno estadounidense busque modificar o suavizar la medida. Más bien, consideró que Washington ha encontrado en la recaudación un beneficio que no está dispuesto a soltar.
En este contexto, tanto México como Canadá se enfrentan al mismo reto: competir en condiciones adversas sin recibir un trato especial.

Debido A Arancel Al Aluminio Se Están Buscando Soluciones Conjuntas
Clariond insistió en que la única salida realista es un esfuerzo conjunto entre los tres países del T-MEC. Con un comité trilateral, las industrias podrían presentar datos concretos y demostrar cómo el arancel ha generado distorsiones en las cadenas de valor.
El líder industrial sostuvo que este tipo de foros ayudaría a construir una voz unificada frente a Washington. Recordó que México y Canadá comparten la misma situación y, por lo tanto, tienen intereses comunes en flexibilizar la medida.
La clave, según Clariond, será mostrar que reducir el arancel también beneficia a la economía de Estados Unidos. Una baja en los costos del aluminio impactaría positivamente en sectores estratégicos como la construcción de infraestructura y la producción automotriz.
Por ello, el Congreso Alumexico 2025 no solo se presentó como un espacio de discusión técnica, sino también como un foro político. La meta será empujar una agenda que combine análisis económico con propuestas de negociación.
Qué Esperar De La Negociación Entre México Y Estados Unidos
La expectativa general es que el proceso será largo y difícil. Los industriales reconocen que Estados Unidos ha encontrado en este arancel una fuente de ingresos y un mecanismo de control comercial.
Sin embargo, la presión conjunta de México y Canadá podría abrir una ventana de oportunidad. Aunque la exención total parece lejana, lograr una reducción del 50 al 15 por ciento sería ya un avance importante.
Los analistas advierten que, mientras tanto, las empresas deben prepararse para operar en un escenario de precios altos. Esto incluye reforzar estrategias de eficiencia y buscar nuevos mercados donde puedan colocar sus productos con menores barreras.
El reto está en equilibrar el impacto económico con la capacidad de negociación diplomática. México tendrá que moverse con cautela, pero sin dejar de insistir en la necesidad de condiciones más justas para la región.
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